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"Si haces lo que te apasiona y puedes compartirlo con alguien que tenga tu misma visión las posibilidades son infinitas."

viernes, 28 de junio de 2024

Mi Trabajo



¿Te da pena cobrar por tu trabajo?

El miedo a cobrar por el trabajo o servicio que se presta; es más común de lo que imaginamos. Sentir lástima por la persona que le hemos ofrecido nuestra labor refleja en nosotros una especie de estado de culpa.

Dicha sensación es parte de las creencias con las que la gran mayoría de nosotros hemos crecido. 

Creencias erróneas programadas con las que hemos sido educados y con un inconsciente colectivo de tipo “religioso” en el que intercambiar dinero a cambio de “algo” es malo.

Por lo general, cambia cuando somos empleados de una empresa, es muy cómodo recibir nuestro sueldo semanal, mensual o quincenal, quejarnos un poco porque no nos alcanza, porque es injusto ganar tan poco.

Sin embargo, nos libera de “culpas”, porque es la “empresa” para la que trabajamos la que “cobra”. No somos nosotros los que damos la cara al “cliente” o “comprador”.

Cuando decidimos convertirnos en emprendedores, pequeños empresarios o algo que nos genera ingresos o tenemos algún negocio familiar pequeño o tenemos algún trabajo independiente y somos nosotros los que damos la cara al comprador, nos invade la culpa. 

Primeramente sentimos que es “mucho” lo que pedimos por nuestro producto ó servicio, para luego sentir que es poco lo que tiene la otra persona y eso la hace incapaz de adquirir lo que ofrecemos o vendemos.

¿Por qué siento culpa cuando alguien me pregunta el precio de lo que vendo?

¿Por qué me sale del interior un deseo por regalar?

¿Por qué siento que al cobrar soy mala persona? 

Son varios factores y cada caso trae un componente particular, pero en su mayoría se esconde miedo al rechazo, falta de integrar al padre, necesidad de aceptación y la Ausencias Del Merecimiento.

Hemos sido herederos de una historia generacional de lealtad.

Lealtad a la pobreza, lealtad a la carencia, lealtad al no merecimiento, lealtad a la queja, lealtad a no tener y a no merecer.

Porque si yo no valoro lo que hago, si yo no valoro el tiempo que me tomo aprender lo que hago, si yo no valoro el tiempo que invertí por aprender ó por hacer aquello que vendo u ofrezco, nadie lo hará.

Cobra orgulloso/orgullosa de tu producto, ponle fe a tu producto, cree en tu producto, cree en ti y el dinero a cobrar corresponderá a tu vibración financiera y no a absurdas creencias impuestas. 

Cobra por todo lo que sabes hacer y que otras personas no saben ó no quieren hacer ó no les gusta hacer.

- tomado de la web.

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