Nunca permitas que la VIDA te haga olvidar la razón por la que empezaste. Llorar es necesario. Cuando llegas al límite, cuando parece que se acaba el mundo, cuando el dolor desgarra tu alma. Si el día te pesa, si un amor se terminó, simplemente llora. Llorar te calma, te limpia, te sana. Y aún llorando recuerda que este dolor pasará, porque en la vida todo pasa. Y después sonríe, porque como siempre tú sobrevivirás.
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