Este año mi hijo dijo que no quería asistir a un campamento de verano. Típico de la adolescencia, sólo quiere dedicar su tiempo libre a dormir y jugar juegos de video. En parte lo comprendo, porque luego de estudiar todo el semestre, sólo quiere tener tiempo libre. Así que pensé, pensé y pensé que podía hacer para que dedicara un tiempo a una actividad diferente.
Este es parte del desarrollo de las clases de dibujo que esta tomando durante dos horas tres veces en semana. ¡Orgullosa de mi hijo y su trabajo… el cielo es el límite!
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